Nada en un verano tan caliente como una zambullida. Mar, río, poza, piscina. Cualquier espacio que permita a nuestros chiquitines refrescarse y divertirse y ¿por qué no? A nosotros papitos y mamitas, también, es más que apreciado. Pero cuidado: agua es equivalente a precaución y más cuando se trata de nuestros pequeños e incansables aventureros.
Antes de elegir dónde quitarse las sandalias y meter los piecitos, tome siempre en consideración las condiciones propias del lugar que visitará en el momento que lo hará. Si es el mar las mareas, si es un río la época (seca o lluviosa), si es una piscina los tamaños y profundidades de las mismas aparte de la afluencia de personas el día planeado. Todo esto, puede variar en gran medida la diversión y las precauciones a tomar.
Un gran número de accidentes relacionados con ahogos por sumersión, según Carlos Herrera, Jefe Nacional de Prevención para Desastres de la Cruz Roja Costarricense, están relacionados con desconocimiento del lugar en el que vacacionaremos, pues visitamos ríos en épocas lluviosas y alta posibilidad de cabezas de agua o mares en horas de marea alta, entre otros factores de riesgo.
Al tomar precauciones recuerde: usted vacaciona con niños, ellos son su responsabilidad. Ingerir licor u otras substancias, jugar bruscamente con ellos en piscinas, ríos, mares y demás puede provocar accidentes que no solo lo hagan pasar un mal rato a usted, sino que también y lo más lamentable, pongan en riesgo la vida de nuestros felices nadadores.
¿Qué hacer si un niño cae al agua?
- Mantenga la calma. Si se trata de una emergencia o no, definitivamente usted podrá atender mejor la situación si está tranquilo (a) que si no lo está. Si le es difícil tranquilizarse busque ayuda y permita que otra persona acuda en auxilio del menor.
- Saque a su pequeño (a) del agua.
- Verifique que el (la) niño (a) esté respirando. Si lo está recuéstelo (a) de medio lado y ayúdelo (a) a toser; que vomite, no importa.
- Llame al 9-1-1 y siga las instrucciones del operador hasta que la unidad más próxima de respuesta de emergencias llegue al lugar o hasta que el operador se lo indique.
- Si su niño (a) no está respirando abra una vía aérea acostando al paciente boca arriba y levantando levemente con los dedos índice y del medio la barbilla del menor. Esto permitirá que la lengua desobstruya la garganta y permita la entrada de aire.
- No aplique RCP (reanimación cardiopulmonar) a menos que usted esté capacitado para otorgar este tipo de masaje. Herrera nos advierte que para aplicar RCP hay que saber presionar el tórax, de los contrario podemos ocasionar desde lesiones internas hasta la muerte de la persona a la que estamos intentando ayudar.
- A menos que su relación con el menor sea estrecha (papá-mamá) evite dar respiración boca a boca. Este tipo de maniobra está contraindicada pues aparte que debe conocerse la cantidad de aire a transferir al paciente, también por higiene y para evitar el traspaso de bacterias de una persona a otra ya esta técnica no se aplica.
- Traslade al pequeño a un Centro Médico para su valoración. Esto hasta que el operador del 911 se lo indique o bien, el profesional del equipo de respuesta de emergencias que acudió al lugar atendiendo su llamado.
- No subestime el traslado del paciente a un Centro Médico para una valoración. A simple vista puede que usted desconozca sobre daños que pudieron suceder producto del episodio, en órganos como pulmones y cerebro, entre otros.
Prevenir es la mejor táctica
Es lamentable que ocurra una emergencia de este tipo para entender que cuando se trata de niño y agua lo mejor es prevenir.
Los niños recién nacidos nadan por naturaleza; luego del nacimiento y al cambiar de ambiente van perdiendo ese conocimiento. Algunos padres aprovechan y continúan exponiendo a su hijo al agua en clases de natación. Si tienen hijos pequeños hágalo usted también. Saber nadar es un seguro de vida.
Según nuestro profesional de la Cruz Roja, un gran número de accidentes relacionados con menores y ahogos por sumersión suceden en el propio hogar, pues quienes están a cargo de infantes tienden a interpretar que en casa se está seguro y descuidan aspectos como lavadoras con el tanque lleno, que despiertan la curiosidad de nuestros chicos; y tinas en las que precisamente a los niños les encanta jugar.
Por lo anterior, cuando esté utilizando la lavadora vigile en dónde están sus hijos y evite que se acerquen a este aparato a menos que usted esté con ellos. Además, si desea aprovechar el sol y el calor para motivara sus siempre dispuestos nadadores con un chapuzón en la bañera, asegúrese de acompañarlos en todo momento.
Saber educar y disciplinar a nuestros niños respecto a los cuidados que debemos mantener cuando decidimos meternos al agua es vital. No solo explique a sus hijos en un lenguaje apropiado para ellos el por qué es importante tener precaución en el agua, sino también esté atento (a) a que las reglas que les marcó se cumplan.
Por último: combine adecuadamente diversión y vigilancia. Diviértase usted y permita a sus menores divertirse también, una forma de hacerlo es turnarse con otros adultos para asegurar el cuido de sus pequeños tesoros.
Fuente de Información:
Carlos Herrera
Jefe Nacional de Prevención de Desastres
Cruz Roja Costarricense.
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