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El nacimiento de un bebé es una situación nueva que va a producir cambios en el núcleo familiar.

Los padres tenemos la responsabilidad de prepararnos de una forma adecuada para sobrellevar esos cambios a los que nos vamos a enfrentar.

Partiendo del hecho que nuestro bebé fue un niño planeado, deseado, con un embarazo y parto normales, sin complicaciones, llega nuestro bebé al hogar y nos dedicamos por completo a este niño que será totalmente dependiente de nuestro cuidado los primeros días después de su nacimiento.

Si la madre previo a su embarazo se encontraba trabajando, y al quedar embarazada se acoge a la licencia por maternidad y lactancia, es sumamente angustiante para la madre cuando se llega el momento de retomar al trabajo.

¿Cómo hacer para que esto no nos afecte?

Redes de apoyo desde el momento de saber del embarazo:

El embarazo es una bendición, desde el primer momento en que nos enteramos de este nuevo ser, será importante que esta madre, reciba el apoyo del padre, los abuelos, hermano, en fin, las personas más cercanas a la madre nos unamos para brindar bienestar emocional, físico, nutricional a ella y a su bebé.

Preparación a la llegada a casa:

  • Planear con anticipación quién ayudará a la madre en los primeros días posterior al nacimiento es tan importante, como proveerle al menor de todos los cuidados que requiere.
  • Así como buscar con anticipación dónde va a dormir el bebé, la ropita, los pañales, los artículos de uso personal, que muchas veces no es necesario comprarlos porque a veces quedan de hermanitos o familiares.
  • Habrán niños que son más tranquilos que otros, unos más llorones, unos más comelones, pero la mamá también se cansa, debe de dormir bien, descansar, alimentarse, y debe disfrutar del bebé.
  • Es necesario que le ayuden, de no contar con familiares que lo puedan hacer, desde antes del nacimiento se debe buscar quién pueda realizar esta función.

Cuando una madre se siente sobrecargada del trabajo en su hogar tal vez porque hay otros niños, o porque tiene que cumplir con otras funciones y no puede.

Estos sentimientos le podrían causar frustración, ansiedad, desasosiego, puede experimentar pensamiento de “mala madre” por no atender bien a su hijo, todos estos sentimiento tan negativos pueden desencadenar en síntomas depresivos importantes que van a interferir en el vínculo madre-hijo. Las personas que le ayuden a la madre y ella misma deberán marcar prioridades de todo lo que se debe realizar cada día en el hogar.

Valorar qué se requiere hacer y qué se puede posponer.

 

Preparación para volver al trabajo:

Una vez que ya se reintegre al trabajo anterior, lo primordial es que la madre esté segura que su bebé va a ser cuidado con el mismo esmero y dedicación como si ella estuviera con él. Saber elegir la persona idónea para esta función es muy importante.

De ser posible un familiar cercano a la madre es lo recomendable, de no ser posible, la cuidadora tendrá que ser recomendada por personas que ya la conozcan y que sepan la calidad de ese cuido.

Para la madre el que le brinden los cuidados que ella le proporcionaba al bebé de una forma adecuada, es lograr estar en su trabajo sin la preocupación que su bebé puede estar siendo mal atendido.

Preparar y dejar en el hogar los biberones con leche materna, o continuar dando lactancia en el trabajo o gestionando horas lactancia:

El dejar en casa los biberones que el niño tomaría en caso que la madre estuviera con él, le brinda sentimientos de madre responsable.

En el trabajo se debe gestionar con tiempo las horas de lactancia, que son horas que por Ley le respetan a las madres con bebés en periodo de lactancia.

Las mujeres en periodo de lactancia deben conocer que existen leyes que regulan el periodo de lactancia: que se encuentran en el código de trabajo en los artículos del 954 al 100; “En el artículo 97 introduce el concepto de la hora de lactancia posterior a la licencia y en 1ll obliga al patrono con más de 30 mujeres a acondicionar un local apropiado para que las madres amamanten a sus hijos”

Esta ley favorece que el vínculo madre-hijo no se interrumpa de una manera abrupta y favorece la re-inserción e esta madre con menor angustia.

 

Reconocer conductas preocupantes o diferentes en la madre:

Si los familiares cercanos a la madre notan o detectan conductas preocupantes, extrañas en ella, como por ejemplo, llanto frecuente, el no interesarse en el cuido del menor, o cuido de ella, poco apetito, dificultad para dormir, el no poder con los cuidados del menor, o que presente angustia ante la separación del bebé y no permita que nadie lo toque, o que nadie le ayude en el cuido con su hijo, deben buscar ayuda con profesionales Psicólogos o Psiquiatras para descartar Depresión post-parto, o ansiedad desbordada en esa madre, ya que la presencia de estos síntomas podría interferir en el vínculo adecuado entre la madre y su hijo.

 

Buen vínculo madre-hijo:

Cuando la madre disfruta del bebé, cuando asiste al trabajo a realizar sus labores para las cuales está asignada y lo sigue realizando de una manera efectiva, es cuando nos damos cuenta que esta madre está ubicada en su rol materno adecuadamente y que su vida continúa de una forma satisfactoria en todas la áreas en las que se desenvuelve, disfrutando de lo que hace, sea en el hogar con su hijo (s), pareja, familiares, así como en su vida personal.

Fuente de Información:

Yolanda López Sáenz

Psiquiatra Infantil

Hospital Nacional de Niños de Costa Rica