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En el corre-corre diario los padres muchas veces olvidan lo que una buena alimentación ayuda en el adecuado desarrollo de los niños.

El Estudio Mundial de la Infancia de UNICEF, del año 2001, menciona en uno de sus recuadros que desde la primera división celular, el desarrollo del cerebro es producto de un delicado equilibrio entre genes y entorno. Aunque los genes prescriben la secuencia del desarrollo normal, el carácter del desarrollo se ve determinado por factores circundantes que afectan a la madre embarazada, al lactante y al niño pequeño, factores como una nutrición adecuada, entre otros, contribuyen en conjunto al crecimiento y desarrollo del cerebro.

Pero ¿qué es una nutrición adecuada? La doctora Marisol Chavarría del consultorio de salud infantil Nutrikids, indica que una adecuada nutrición es mantener una dieta equilibrada. Esto se logra distribuyendo los seis grupos de alimentos: frutas, vegetales, grasas, lácteos, proteínas y carbohidratos diariamente en cinco tiempos de alimentación.

Una mala nutrición puede presentarse entre otras cosas por métodos defectuosos de alimentación como: no contar con horarios definidos para ingerir alimento, no variarlos, ingerir alimentos que carezcan de nutrientes, etc.

La Organización Mundial de la Salud en un documento sobre malnutrición y bienestar psicosocial advierte que los dos primeros años de vida son periodos críticos de máximo crecimiento físico y cerebral. Las carencias nutricionales y psicosociales durante este periodo pueden causar disfunciones y discapacidades que persistirán toda la vida.

La UNICEF en otro documento titulado Nuestro derecho a la Nutrición y Salud en Costa Rica, hace referencia a que la mala nutrición bajo cualquiera de sus formas reduce las capacidades de los niños y las niñas, los hace más propensos a contraer enfermedades como diarrea, diabetes, sarampión y muerte temprana. Además de otros padecimientos como la ceguera nocturna, la anemia y males congénitos.

El desarrollo del cerebro también puede verse afectado directa o indirectamente como consecuencia de malnutrición infantil. La mayor susceptibilidad del sistema nervioso para ser afectado por malnutrición abarca desde la mitad de la gestación hasta los dos primeros años de vida, periodo en el cual, el cerebro alcanza un crecimiento estimado en 1/7 parte durante el periodo prenatal y 6/7 partes durante el periodo posnatal. La malnutrición también es responsable muchas veces de déficit de atención e hiperactividad en los niños.

Tal vez usted piense que está nutriendo bien a su hijo porque en el almuerzo no falta el arroz y los frijoles y todas las tardes le da como merienda un yogurt con una galleta. Pues, aunque esos son alimentos saludables, no se confíe. Como se mencionó anteriormente los alimentos deben variarse, ya que de la variedad de los alimentos depende la absorción de distintos nutrientes presentes en cada uno de ellos.

Es importante estar alerta a signos como: falta de concentración en la escuela, falta de energía, sueño o cansancio excesivo, caída de cabello, no dormir bien, dolores de cabeza frecuentes, cambios abruptos de humor.

Estos pueden ser síntomas de que su hijo sufre algún grado de malnutrición. La buena noticia es que la solución está en sus manos. Es cuestión de informarse y estar dispuesto a decidir ayudar a que sus hijos se alimenten bien.

¿Cómo lograr una buena alimentación en mis hijos? Aquí algunos consejos prácticos y fáciles que con la ayuda de nuestra profesional listamos:

  1. Implemente un horario de comidas, intente que sus niños coman cada dos horas y media o tres.
  2. Varíe los alimentos que ofrece. Ya sean proteínas, frutas, vegetales, carbohidratos o grasas, varíelos.
  3. No espere a que su hijo presente un padecimiento para visitar con sus hijos a un profesional en nutrición, hágalo de forma preventiva al menos una vez al año.
  4. En nutrición no es tan importante la cantidad como la calidad.
  5. En los niños una buena nutrición no está necesariamente relacionada con el peso. Un niño con sobrepeso podría perfectamente estar malnutrido; uno delgadito podría estar bien nutrido.
  6. Enseñe a su hijo a comer de todo.

¡Y Recuerde! De usted depende la buena nutrición de sus hijos.

Fuente de Información:

Marisol Chavarría

Especialista en Nutrición