Cuando nuestro hijo nace, una de nuestras responsabilidades como padres y madres es protegerlos. Se les debe dar adecuadamente todos los cuidados necesarios, físicos y emocionales de una manera armoniosa y tranquila. En los primeros años de vida se debe estar muy atento a la evolución de su desarrollo. Estimularlos, darles amor y seguridad es el éxito para hacer niños seguros. El excesivo consentimiento y la necesidad de controlar a su hijo en todo momento conllevan a una dependencia tanto de los padres a los hijos y de los hijos a los padres.
Los niños además de amor y cariño necesitan:
- Enseñarlos a resolver sus problemas por ellos mismos.
- Confiar en ellos.
- Ayudarle a compartir con las demás personas.
- Darles libertad para que tomen sus propias decisiones.
- Establecer responsabilidades desde pequeños.
- Respetarlos como personitas y enseñarlos a respetar a los demás.
- Hablarles claro siempre. Ser tolerantes.
- Estimular la creatividad.
- Dejar desde bebés que exploren, investiguen su entorno.
- El establecimiento de límites es primordial para su seguridad.
La sobreprotección hace mucho daño, crea niños dependientes e inseguros y con dificultad para enfrentarse a nuevas situaciones.
Fuente de información:
Patricia Guendel
Msc. Psicopedagogía
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