Una gran cantidad de niños no tienen los dientes perfectos, así que no hay que preocuparse demasiado si sus dientes no están perfectamente alineados. A esto se le conoce como mal posición dentaria.
Una mal posición dentaria es cuando uno o varios dientes están situados en posición anormal. Esto conlleva que las piezas dentales superiores e inferiores no articulen, encajen o engranen con normalidad, y por tanto eso causa lo que se llama popularmente una “mala mordida”.
Si los dientes no están bien alineados, y los maxilares ubicados en posiciones correctas que permitan una buena masticación, se pueden formar caries y enfermedades de las encías. En casos más graves se pueden producir problemas en la articulación que se manifiestan por ruidos al abrir o cerrar la boca, dolor y hasta sordera. Otra de las razones por la que mucha gente manda a alinear sus dientes es por su apariencia personal, ya que no les gusta cómo se ven sus dientes al sonreír o al hablar.
La maloclusión se puede producir por diferentes factores. Uno de ellos puede ser la herencia. Por ejemplo, si el padre del niño tiene los dientes grandes y la madre los maxilares (huesos de la boca) pequeños, el infante pudo haber heredado los maxilares pequeños para alojar a los dientes grandes, produciéndose problemas de apiñamiento por falta de espacio.
Existen también hábitos perjudiciales como: chuparse el dedo, respirar por la boca, morderse las uñas o el labio, empujar la lengua contra los dientes, morder objetos extraños (lápices, ganchos, etc) que también pueden producir maloclusión. Esto ocurre porque la presión constante sobre los dientes y maxilares pueden poco a poco producir deformidades y desviaciones en los mismos, ya que ellos no son tan inmóviles como parecen.
La corrección de la mal posición de los dientes es mucho más fácil y efectiva en la infancia o en la primera juventud que durante la edad adulta, cuando ya la movilización de los dientes mediante el uso de aparatos de ortodoncia resulta más difícil e incluso más molesta.
La ortodoncia es la rama de la odontología que se encarga de la alineación de los dientes y la corrección de problemas de mordida, así como también de guiar la erupción dental y el desarrollo de los maxilares produciendo así un equilibrio en el aparato bucal así como estética ideal del rostro. Los aparatos de ortodoncia enderezan los dientes ejerciendo presión constante sobre éstos y manteniéndolos en una posición fija durante cierto período de tiempo.
La mala posición de la dentadura y sus huesos correspondientes suelen comenzar a manifestarse en la niñez, por lo general cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos poco a poco por los dientes permanentes. Es durante la niñez y la adolescencia que la mayoría de pacientes reciben tratamiento de ortodoncia. Sería aconsejable que la primera revisión por un ortodoncista fuera alrededor de los 7-8 años, ya que es el momento en que han erupcionado los incisivos superiores e inferiores definitivos, y el crecimiento óseo es importante, cosa que permite diagnosticar si hay algún problema susceptible de corregir de forma precoz. Si el cambio dental y la oclusión son correctos se realizarán revisiones anuales para controlar la correcta erupción dental.
Hay que tener en cuenta que hay defectos dentales leves y pasajeros que pueden ser corregidos de forma espontánea, es decir, de manera natural. Es el ortodoncista quien con su experiencia recomendará cuál es el tratamiento necesario.
Los siguientes signos le podrán alertar si su hijo deberá tener una revisión con el Ortodoncista:
- Pérdida temprana de dientes primarios (de leche).
- Retención tardía de dientes primarios (No se le caen).
- Dificultad al morder.
- Si su hijo respira por la boca (Respiración Bucal).
- Hábitos orales como chuparse el dedo o el labio.
- Dientes torcidos o en mala posición.
- Dientes sin espacio para erupcionar.
- Ruidos al abrir la boca.
- Dificultades al hablar.
- Dientes salidos.
- Los dientes anteriores no hacen contacto al morder.
- Cuando la carita del niño no está balanceada.
- La mandíbula muy salida.
- El mentón corto.
Es difícil valorar exactamente los problemas a futuro si no se realiza un tratamiento de ortodoncia a tiempo, pero normalmente las alteraciones que tenga su hijo seguramente se agravarán con el paso del tiempo, no debemos olvidar que está en desarrollo y crecerán también los problemas dentofaciales.
Es conveniente tratarlo por aspectos fundamentales: Primero, es que si se detecta y trata a tiempo la anomalía, será tratada más fácilmente, reduciendo molestias, tiempo y costo. Segundo, podríamos evitar un tratamiento óseo más complejo (maxilofacial), evitando posibles anomalías en los huesos, que se verían reflejadas en el aspecto de la cara.
Tras una evaluación inicial, la especialista será capaz de informarle cuál será el mejor tratamiento, la duración y el costo aproximado para mejorar su sonrisa y función masticatoria.
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