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Es importante que los padres sepan cuándo  es el momento adecuado para enseñarle a su hijo a dejar el pañal y cómo manejar esta etapa de tal manera que estos cambios no resulten violentos ni conflictivos.

Dejar el pañal significa un logro más en el desarrollo del niño, en su autonomía y madurez socio-emocional, necesita sentirse capaz y ser más consciente del funcionamiento de su propio cuerpo, por lo tanto se requiere de madurez biológica como emocional.

Existen dos criterios para tener éxito en este proceso:

  1. Su hijo debe tener el sentido de urgencia de ir al baño, no el sentido de urgencia que ya fue al baño.
  2. Su niño debe querer sentirse limpio.

Estos dos son los principales incentivos para que un niño deje los pañales.  Pero como padres, como saber cuándo es este momento???

Si el niño se esconde en una esquina o debajo de la mesa, o espera a la siesta para ensuciar el pañal son buenas señales, pero si el niño lo ensucia en medio de la sala y sigue jugando luego, definitivamente no está listo.

Esto se logra cuando a nivel neurológico ha alcanzado la suficiente madurez, es decir, que esté listo para controlar su impulso de tener que orinar y dar un significado a las señales que le envía su cuerpo, esto es aproximadamente entre los 18 meses y 2 años y medio. Sin embargo, la edad puede variar ya que cada niño tiene sus propias características biológicas y psicológicas. No se considera que el niño tenga un retraso en el desarrollo si no controla esfínteres hasta los 4 años de edad.

Existen algunas señales que nos pueden indicar que ya es hora que el niño puede dejar los pañales:

  1. Ya puede distinguir si el pañal está mojado o sucio.
  2. Expresa que tiene que orinar o defecar con alguna palabra o acción como agarrarse el pañal moverse, gestos en su rostro, etc.
  3. Puede caminar sin ayuda.
  4. Muestra interés en el uso del baño, imita a los adultos.

El niño aprenderá a controlar sus esfínteres pasando por las siguientes etapas:

  • Primera etapa: El niño comunica que está mojado cuando ya lo ha hecho.
  • Segunda etapa: Comunica en el preciso momento que se está haciendo.
  • Tercera etapa: Avisa que se está por hacer.

Si el niño está pasando por la primera etapa, es decir, avisa cuando ya está mojado, cámbielo y felicítelo por avisar.

Posteriormente el niño podrá avisar en el preciso momento en que se está haciendo, felicítelo pues es su primer logro en su entrenamiento. Ahora hay que explicarle que tiene que comunicar cuando siente “deseos” de orinar o defecar, es decir que avise con anticipación.

Al llegar a la tercera etapa, llega el momento de que se realice en forma continua, ya sea un fin de semana largo o en unas vacaciones, dejar los pañales durante el día y empezar a llevar al niño al baño al menos cada 2 horas, debe ser un baño adecuado al pequeño,  debe ser capaz de tocar el suelo con los pies, y sentirse cómodo, no que se está cayendo o que se sostiene en el aire.  Debe permanecer ahí al menos por 5 minutos, se puede aprovechar este momento para enseñarle libros alusivos al tema o cantar una canción, de tal forma que el niño este relajado y feliz. Si el niño logra orinar o defecar, se le debe felicitar, aplaudir, abrazar y recomiendo el uso de un mural para que el niño pegue una calcomanía por su logro. Y repetir esto cada vez que tenga éxito.

Este entrenamiento debe ser continuo y no se debe volver a los pañales porque sino el proceso educativo para el niño es ambiguo y no sabrá cuando está bien en el pañal y cuando no.

No es recomendable dar este paso cuando el niño se encuentra o está cercano a un evento significativo para él como el nacimiento de un hermano, el fallecimiento de un ser querido o su mascota, etc., este tipo de eventos llevan necesariamente a cambios emocionales del niño y le costará más trabajo controlar esfínteres.

Los “accidentes” son inevitables al inicio, no se debe regañar  porque se aumentará la presión y puede que el niño se ponga nervioso y se retrase todo el proceso.  Es importante como padres tener mucha paciencia en este reto y prepararse de antemano.

Cuando ya pueda controlar sus esfínteres durante el día es el momento de ayudarlo a hacerlo por las noches, se debe estar atento para cuando deje de mojar el pañal durante la noche y al pasar  al menos unos 15 días de este logro en forma continua se puede pasar a quitarle el pañal.

El niño requiere de su apoyo, no lo apure, este aprendizaje es un proceso lento, así como aprendió a caminar ahora aprenderá a controlar esfínteres, necesita de mucha paciencia y sobre todo mucho amor.

Kathia Valverde Muñoz
Pediatra