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La sangre está compuesta por suero y en el navegan a través de nuestro cuerpo Glóbulos Blancos que tienen que ver con nuestra defensa anti-infecciones, Plaquetas que son muy importantes en el proceso de coagulación y Glóbulos Rojos, que transportan el hierro y oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo.

Se dice que hay Anemia cuando la cantidad de glóbulos rojos está baja o la cantidad de hemoglobina es deficiente, en relación a edad y sexo.

A grandes rasgos la cifra normal de hemoglobina está alrededor de los L2gr/dl en niños, aumentando en la adolescencia durante los primeros años de vida.

Es muy importante que el niño reciba adecuado aporte de hierro, que evite la anemia ferropenia, ya que esto le puede condicionar al niño severas alteraciones en su desarrollo cerebral y en su futuro rendimiento intelectual.

Esto puede prevenirse administrando hierro al lactante después del 4 mes de vida y mucho antes si es prematuro.

El niño con anemia, dependiendo del grado que tenga, puede sentir cansancio, fatiga, sueño, debilidad, irritabilidad, verse pálido, bajo rendimiento en la escuela y si es más grave puede llevar a problemas serios respiratorios y cardiacos.

Entre las causas más conocidas, se pueden citar:

  1. La Ferropenica (carencia de hierro).
  2. Deficiencias de vitamina B12 o de Acido Fólico.
  3. Defectos en la Hemoglobina o en la forma de los Glóbulos Rojos.
  4. Problemas a nivel de la médula ósea.
  5. Trastornos hemolíticos, que destruyen aceleradamente los glóbulos rojos.

Prevención:

  1. Cuidar que la madre que gesta no tenga anemia.
  2. Propiciar la Lactancia Materna.
  3. Evitar la leche de vaca en el primer año de vida.
  4. Usar fórmulas enriquecidas con hierro.
  5. Dar suplemento de hierro, al cuarto mes y antes si es prematuro.
  6. Asegurarle al niño posteriormente una dieta completa balanceada.
  7. Mantener al niño siempre en control de Niño Sano.
 
Fuente de Información:
Fernando Sell
Médico Pediatra.

Costa Rica