La ansiedad es una emoción básica que experimentamos todos los seres humanos. Es la reacción de nuestro cuerpo al estrés, suele aparecer como respuesta normal a un peligro o una amenaza.
Cuando un niño presenta señales de ansiedad tendemos a pensar que esto pasará pronto, pero cuando esta se incrementa y llega a interferir con actividades de la vida diaria por ejemplo actividades familiares, actividades de socialización y escolares, cuando se llega a este grado es muy importante buscar ayuda de un profesional.
La ansiedad se puede manifestar en diferentes áreas:
Cognitiva, fisiológica y conductual. Cognitivamente la atención se enfoca de manera automática a la situación de amenaza. El pensamiento se ve alterado y el niño puede preocuparse desde una manera leve a un terror extremo. Fisiológicamente puede presentar palpitaciones, aumento en el ritmo de la respiración, temblores, sudoración, mareos, tensión muscular, dificultad para concentrarse, tics y náuseas. Conductualmente los niños pueden reaccionar evitando ciertas conductas con el fin de protegerse de la ansiedad por ejemplo, evitar exponer en público, y también puede reaccionar estallando en un berrinche o una conducta agresiva porque no se comunica o no sabe qué está pasando o qué emociones está enfrentando.
Algunos de los factores que pueden influir en el niño y causar ansiedad son:
Una pérdida como muerte de un familiar o divorcio de sus padres, cambios importantes en la vida del niño como por ejemplo cambiarlo de escuela, antecedentes de abuso de un hogar violento. Y también se ha comprobado que niños con antecedentes de familiares que tienen un trastorno de ansiedad pueden ser propensos a sufrirlos.
¿Cómo puede ayudarle a su hijo(a) con ansiedad excesiva?
- Ayude a afrontar sus miedos y refuerce de forma positiva cada intento que realice para encontrar una solución.
- Utilice técnicas distractoras para que se centre en otras cosas.
- Busque un lugar seguro donde su hijo se pueda relajar y se sienta feliz.
- Ayude al niño a hacer respiraciones profundas y lentas.
- Brinde apoyo, un abrazo, una muestra de cariño, el contacto es una manera de transmitir tranquilidad.
- Hable con el niño de la ansiedad y de lo que está experimentando, muchas veces el conversar sobre el tema aclara dudas, esto ayuda a entender mejor las cosas y a manejar mejor la ansiedad.
- Mantenga al niño con un estilo de vida saludable con actividad física, con rutinas adecuadas de sueño, limite el uso de aparatos electrónicos y una dieta saludable.
Licda. Norma Astúa González
Psicóloga
Cod. 5458
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