El síndrome del emperador es un trastorno de la conducta que se caracteriza por el sentimiento de autoridad que tiene un niño sobre los demás, los roles de padres e hijos se invierten y se le cede el mando al hijo, este trastorno se denomina Trastorno de oposición desafiante (TOD).
Una de sus características principales es que los niños primero tratan de imponerse desafiando a sus padres y más adelante lo harán con cualquier persona de su entorno. Este síndrome se caracteriza por el sentimiento de autoridad que tiene un niño sobre los demás. Son niños empoderados, agresivos, poco empáticos.
Síntomas característicos presentes en un niño con el síndrome del emperador:
- Suelen ser insensibles emocionalmente.
- Carecen de empatía.
- Tienen poco o nulo sentido de la responsabilidad.
- Carecen de sentimiento de culpa.
- Tiene baja tolerancia a la la frustración o el aburrimiento.
- Si pide algo y no se le concede puede desatar ataques de ira, gritos, incluso insultos a sus padres.
- Son egoístas e individualistas.
- Exigen la atención de todos los que le rodean.
- Creen que la culpa de todo la tienen los demás.
- Piden constantemente cosas a sus mayores.
- Son muy caprichosos.
- Discuten las normas de sus padres y de las personas que tienen cierta autoridad.
- Suelen sentirse tristes y enojados.
Varios factores pueden influir para que el niño presente el síndrome del emperador, entre ellos se encuentran:
- Excesiva permisividad, la mayoría de los casos son padres que brindan poca calidad de tiempo y tratan de cubrir ese vacío cumpliendo la mayoría de los caprichos de los niños.
- Falta de límites y reglas claras para evitar enfrentamientos entre el niño que presenta conducta agresiva y violenta y los padres, abuelos, profesores.
- Ambiente psicosocial donde se desarrolla el niño y que esto genera inestabilidad para él.
- Falta de hábitos familiares afectivos, como el juego o las actividades en familia. Esto promueve a desarrollar conductas autoritarias.
Es necesario para poder prevenir niños con el síndrome del emperador:
- Establecer desde temprana edad límites y reglas claras; donde el niño tenga obligaciones acordes a su edad que fomenten la responsabilidad en ellos.
- No se debe tolerar la violencia física ni psicológica. Se debe reforzar las conductas positivas que presente el niño.
- Es conveniente fomentar la empatía para que el niño logre ponerse en el lugar de los otros. Reforzar una comunicación adecauda sin gritos.
- Es necesario que los padres cuando llega el momento de que tienen dificultades de manejar la situación busquen la ayuda de profesionales para ayudar a modificar la conducta y que el niño conduzca mejor sus emociones, frustraciones, pensamientos y logre sentirse mejor consigo mismo y su entorno.
Fuente de información:
Norma Astúa González
Psicóloga
Cod.5458
Comentarios recientes