La gastritis es una inflamación o irritación del revestimiento del estómago del niño, la debilidad o una lesión de la barrera mucosa que protege la pared del estómago permite que los jugos digestivos dañen e inflamen el revestimiento del estómago.
La gastritis puede ocurrir súbitamente (gastritis aguda) o puede ocurrir lentamente con el tiempo (gastritis crónica). En algunos casos, puede producir úlceras y un mayor riesgo de sufrir cáncer de estómago. Pero, para la mayoría de las personas, la gastritis no es grave y mejora rápidamente con tratamiento.
No siempre se presentan signos y síntomas, sin embargo, en algunos casos puede generar dolor o ardor (indigestión) en la parte superior del abdomen (pueden mejorar o empeorar cuando comes), rechazo a los alimentos, principalmente en las mañanas, debido a que la ingesta de comida les puede provocar dolor, náuseas, vómitos, aliento con olor ácido, sensación de que se regresan los alimentos (reflujo), sensación de saciedad en la parte superior del abdomen luego de haber comido.
¿Cuáles son las causas?
1. Mala alimentación:
- Lo que incluye el consumo de comida excesivamente dulce, grasosa, colorantes artificiales, muchas especias o alimentos picantes.
2. Pasar muchas horas sin comer:
- Si el estómago del niño pasa demasiadas horas sin ingerir alimentos puede provocar un aumento de la secreción del ácido gástrico provocando la inflamación del estómago.
3. Comer demasiado rápido:
- Lo cual le impide masticar bien los alimentos.
4. Estrés, también conocido como tensión emocional:
- Puede deberse a múltiples factores, por ejemplo por las obligaciones escolares o por situaciones familiares e inclusive en ocasiones el estrés que sufren los adultos se lo traspasan a los niños. Estas situaciones pueden provocar que aumente de manera excesiva la secreción de ácido gástrico causando la gastritis.
5. Gripe u otras enfermedades infecciosas:
- Si un niño consume alimentos contaminados pueden infectarse y provocar la inflamación de la mucosa gástrica.
6. Infección por bacterias específicas como la Helicobacter Pylori:
- Se puede dar por el consumo de alimentos contaminados por esta bacteria. Al inicio esta molestia en un niño puede ser superficial y puede pasar desapercibida, aunque en otros casos comenzarán a desarrollar síntomas de gastritis e incluso de úlcera duodenal. Es importante considerar que sólo el médico podrá definir si el niño tiene infección de este tipo, y será él quien prescriba el tratamiento correcto para eliminar esta bacteria.
7. Medicamentos:
- algunos medicamentos como el ácido acetilsalicílico o los antiinflamatorios, tienen un efecto irritante sobre las mucosas del estómago del niño, también pueden desencadenar la aparición de gastritis en los niños.
¿Qué se debe de evitar si el niño tiene un cuadro de gastritis?
- Leche y lácteos con alto contenido en grasa (como los quesos curados o el yogur griego).
- Carne alta en grasa, así como los embutidos.
- Verduras flatulentas (brócoli, col, coliflor, cebolla y alcachofas) y crudas.
- Frutas cítricas, en almíbar o confitadas.
- Salsas picantes y alimentos condimentados.
- Bebidas como café, té y gaseosas ya que contienen sustancias irritantes.
- Alimentos con alto contenido en fibra, sobre todo la del tipo soluble, ya que retrasa el vaciamiento gástrico.
Recomendaciones Nutricionales:
- Realizar los tiempos de comida, idealmente cada 3 horas (desayuno, merienda de la mañana, almuerzo, merienda de la tarde y cena).
- Evitar que el niño salga de la casa sin el desayuno, es el tiempo de comida principal.
- Enseñarle al niño que el tiempo de la comida es un momento tranquilo y de disfrute, con el fin de evitar que el niño coma de manera acelerada.
- Procurar mantener un horario fijo para las comidas.
- Ofrecerle al niño alimentos que fortalezcan su flora intestinal, como productos lácteos fermentados o yogurt bajos en grasa.
- Evitar alimentos irritantes para el estómago, como refrescos, frituras, alimentos procesados, bebidas gaseosas y condimentos entre otros.
- Ofrecerle al niño jugos y bebidas naturales o las mismas frutas.
- Evitar alimentos altos en grasa como los embutidos.
- Preferir el consumo de frutas que no sean ácidas, como la pera, el melocotón, la manzana, la papaya y el plátano, y en el caso de no tolerarlas crudas, se podrían tomar cocidas (por ejemplo, en compota).
- Preferir preparaciones de alimentos como horneado, a la plancha, al vapor, en vez de frituras.
- Preferiblemente condimentar los alimentos con especies naturales como orégano o romero o los mismos alimentos como cebolla o cilantro.
- Evitar el azúcar y la sal en exceso.
- Mantener en los niños el consumo de agua diariamente.

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