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En la actualidad se habla mucho de evitar las desigualdades de género,  pero la misma sociedad interfiere para que esto no se logre exitosamente y a partir de ahí educamos cometiendo errores.

Un ejemplo en que vemos está situación reflejada es en el juego: las niñas juegan con muñecas, casitas, cocinitas, maquillaje. Mientras tanto los niños juegan a superhéroes, exploradores, científicos, futbolistas. En el juego, desde que están pequeños, se les va indicando cuál es su lugar en la sociedad. Tradicionalmente los juguetes dirigidos a los niños tienden a desarrollar más habilidades espaciales, mientras que los juguetes etiquetados como “femeninos” estimulan competencias más de sociabilidad y cuidado hacia los demás. Cuando se limita a uno de los tipos, los niños dejan de desarrollar ciertas aptitudes.

Los niños aprenden que tienen que ser valientes, poderosos, que no pueden llorar. Las niñas aprenden que tienen que cuidar de la casa, de sus hijos, que necesitan ser protegidas, rescatadas por el príncipe del cuento. Y todas estas cosas van marcando el género, nos va diciendo como tiene que ser una niña o como tiene que ser un niño.

Pero realmente todos los niños y las niñas, tienen derecho a alcanzar su potencial máximo en el aprendizaje sobre cualquier tema, la práctica de cualquier deporte y el disfrute de cualquier juguete.

¿Cómo podemos contribuir que los niños crezcan con equidad de género?

Debemos ser observadores y escuchar. Es importante observar cómo se relacionan los niños con sus compañeros y compañeras y ver que conceptos manejan.

  • Dar el ejemplo y repartir equitativamente las tareas domésticas en el hogar. Los niños absorben y rápidamente reproducen comportamientos que ven y experimentan en la vida cotidiana. 
  • Se debe hablar abiertamente con los niños de los esteriotipos de género, debido que aunque en el hogar se trate de mantener un ambiente libre de estos esteriotipos, los niños reciben mensajes de este tipo en los medios de comunicación, en la escuela y en la convivencia con familiares y compañeros. Por lo que es importante que ellos tengan el tema claro para que lo puedan canilizar adecuadamente.
  • Es muy importante dejar a los niños expresar sus sentimientos, ya que no hay emociones específicas “de niño” y de “niña”. Es necesario motivarlos para que desarrollen su afectividad y su sensibilidad.
  • Enseñar respeto por las diferencias.
  • Fomentar juegos y juguetes neutros, cooperativos y compartidos.

Fuente de información:

Licda. Norma Astúa González

Psicóloga

Cod.5458