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Cuando los niños se encuentran resfriados es común que se nieguen a comer; y no hay que obligarlos, la falta de apetito es una reacción adaptativa del organismo. Así como muchos niños no tienen ni ganas de jugar ni de moverse, también su sistema digestivo pide reposo y trabajar el mínimo posible, para poder destinar la energía metabólica a hacer frente al proceso infeccioso. 

A continuación, recomendaciones para poder contrarrestar la falta de apetito y además saber qué alimentos ofrecerles mientras están enfermos.

¿Cómo contrarrestar la falta de apetito?

  • Es importante considerar que si el niño no tiene apetito no se debe de obligar a comer.
  • Se pueden ofrecer opciones ligeras como los jugos de fruta natural o bien las sopas o caldos.
  • Los alimentos deben de ofrecerse en porciones pequeñas, no hay que preocuparse que el niño no coma como regularmente lo hacía cuando no estaba enfermo, hay que considerar que a medida que el niño se va recuperando su apetito se va a normalizar, en realidad, la recuperación del apetito después de una enfermedad es rápida.

¿Cómo se deben de alimentar los niños cuando se encuentran resfriados?

  • Lo ideal es tener una dieta blanda, la cual está formada por alimentos que son suaves, no demasiado picantes y con un contenido bajo de fibra. Como por ejemplo: panes, galletas y pasta elaborada con harina blanca refinada, avena, jugos de frutas diluidos (mezclando mitad agua y mitad jugo) y la gelatina.
  • Es sumamente importante que el niño este hidratado, debido a que se puede deshidratar  y más rápido si tiene temperatura alta, además es una forma se evitar que las mucosas se sequen y se favorece la fluidificación de las secreciones, por ello se deben ofrecer bastante líquidos, algunas opciones de líquidos que se pueden incluir en la dieta son el agua, los jugos fruta idealmente preparados en la casa y sin azúcar añadida o bien la sopa de pollo o de res, además estas opciones son una excelente alternativa.
  • En caso de que el niño tenga dolor de garganta o bien tos, se recomienda incluir en la alimentación una limonada tibia para calmar estos síntomas.
  • Se sugiere preparar los alimentos de forma sencilla con el fin de que sean fáciles de digerir. En este caso las las técnicas de cocción más recomendadas son el hervido, la plancha, el horno, la papillote, etc. como por ejemplo un puré de manzana o puré de papa o ayote sazón.
  • Evitar el uso excesivo de grasa en las preparaciones de los alimentos o bien el consumo de alimentos procesados, ya que puede resultar muy pesado para el niño.
  • En cuanto a los sólidos, se aconseja incluir alimentos ricos en vitaminas A, C, y E, ya que estimulan la función del sistema inmunológico. Se recomienda incluir alimentos como las frutas y verduras, principalmente, como por ejemplo el brócoli, coliflor, remolacha, espinacas, cítricos, frutos secos. Una de las formas de cómo incluir las frutas es en forma de jugo de fruta o batido de fruta, en el caso de las verduras se pueden hacer cremas o incluirlos en las sopas.
  • Otros nutrientes que ayudan a la función correcta del sistema inmune son el selenio, el cual se puede encontrar en alimentos como el huevo, los cereales completos, las legumbres, la carne y los pescados, y el zinc, se puede obtener de alimentos como el hígado, los mariscos, las legumbres, el huevo y los frutos secos.

Ejemplo de menú:

Desayuno:

  • Jugo de naranja (idealmente natural y sin azúcar añadida).
  • Un huevito revuelto.
  • Galleta salada o una rebanada de pan cuadrado blanco.

Merienda de la mañana:

  • Jugo de frutas natural sin azúcar añadida o compota de fruta.
  • Agua.

Almuerzo:

  • Puré de papa o arroz.
  • Pechuga de pollo deshuesada a la plancha o pescado a la plancha.
  • Compota de manzana.
  • Agua.

Merienda de la tarde:

  • Té de limonada tibio.
  • Galleta salada o tipo “maría” o gelatina.

Cena:

  • Sopa de pollo.
  • Fideos o arroz.
  • Vegetales como chayote o zanahoria.
  • Agua.