Los carbohidratos, también llamados hidratos de carbono, son aquellos azúcares, almidones y fibras que se encuentran en una gran variedad de alimentos como por ejemplo en las frutas, granos, verduras y productos lácteos. Los carbohidratos son uno de los grupos de alimentos básicos y son relevantes porque son la fuente de energía más importante y fácilmente disponible del cuerpo.
Las dos formas principales de carbohidratos son las siguientes:
1. Carbohidratos simples (o azúcares simples):
- Incluidas la fructosa, la glucosa y la lactosa. Estos carbohidratos se descomponen fácilmente y hacen que los niveles de azúcar en la sangre se eleven rápidamente.
2. Carbohidratos complejos (o almidones):
- Presentes en alimentos como las verduras con almidón, los cereales integrales, el arroz, los panes y los cereales. Estos carbohidratos se descomponen más lentamente y permiten que el nivel de azúcar se incremente gradualmente, además tienen un alto contenido de fibra.
- Los alimentos que contienen en exceso azúcar agregado como: los refrescos gasificados, dulces, postres, galletas, entre otros) tienen muchas calorías y no son nutritivos.
Se puede decir que de todos los carbohidratos, el azúcar es uno de los alimentos más nocivos que puede generar la aparición de una serie de problemas como:
- Ocasionar diabetes, segunda enfermedad crónica más común en la infancia.
- Obesidad, ha sido tal el aumento de esta enfermedad que la OMS (Organización Mundial de la Salud) la declaró hace un tiempo como epidemia entre la población mundial.
- Favorece la aparición de caries dentales.
- Sube la presión arterial, lo cual afecta directamente al corazón y pueden aparecer del mismo modo enfermedades cardiovasculares.
- Aumenta el colesterol y triglicéridos.
- Puede provocar daño pancreático.
- Hiperactividad, ansiedad y depresión.
- Falta de concentración. Por lo tanto, causa también bajo rendimiento escolar.
- Puede provocar un envejecimiento celular y debilitamiento del sistema inmunológico, porque el azúcar altera la microbiota intestinal, la cual es fundamental para el buen funcionamiento del sistema inmune.
Un plan de alimentación saludable y equilibrado debe incluir entre 50 % y 60 % de carbohidratos, por ello lo más importante es asegurarse de no abusar del consumo de carbohidratos y que la mayor parte de estos carbohidratos provengan de buenas fuentes, así como limitar el azúcar agregado. Lo ideal es incluir cereales integrales, arroz integral, panes integrales, frutas, verduras y hortalizas y lácteos con bajo contenido de grasa y azúcar.

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