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La autoestima es el concepto que cada persona tiene de si misma, tiene relación con la aceptación y satisfacción que experimenta con lo que es y con  lo que realiza.

La primera infancia abarca desde la concepción hasta los siete años, es considerada una etapa crucial para la formación de la autoestima  del niño. De esta forma debemos considerar que los sentimientos que pueda experimentar la madre durante  la etapa de gestación, marcará el inicio de la formación de la  autoestima y la conducta del niño.

Debemos de tener en cuenta que existen  factores determinantes en la formación de la autoestima: la aceptación, el respeto, la tolerancia,  el amor, la comprensión, la comunicación, la confianza, entre otros.

Si un niño tiene una autoestima positiva puede  vivir feliz, aceptándose, respetándose y alcanzando las metas que se propone,  por el contrario una baja autoestima influirá en las relaciones del niño tanto  a nivel social, emocional, como  académico,  limitándolo en muchas ocasiones  para lograr su  autorrealización.

Para formar una autoestima positiva en  nuestros hijos, es importante tener claro cuál es nuestro nivel de autoestima, ya que como padres siempre transmitimos a nuestros hijos nuestros valores y sentimientos. En caso de que no tengamos una autoestima adecuada debemos empezar por mejorar la nuestra para poder ser un buen modelo para  la formación de nuestros hijos.

Estas son algunas recomendaciones para formar una  autoestima saludable en los niños (as), desde la primera infancia:

  • Demuestre interés por el niño, siguiendo de cerca su desarrollo, si no es posible porque tiene que trabajar, asegúrese que la persona que se queda a cargo del niño lo haga.
  • Exprésele cuanto lo quiere mediante abrazos, besos.
  • Estimule sus logros más que sus desaciertos.
  • Déjele saber cuan capaz es de lograr metas,  dándole responsabilidades adaptadas a la edad y posibilidad del niño.
  • Respete su nivel de desarrollo, no todos los niños crecen igual, ni logran las mismas habilidades que otros niños, trate de no compararlo con otros niños.
  • Dedíquele espacios para jugar y hablar con él, si tiene más de un hijo, dedique tiempo a cada uno por separado, pues las necesidades son diferentes en cada uno.
  • Establezca límites razonables.
  • Trate de no chantajear o amenazar a su hijo para que haga caso.
  • De las órdenes en forma positiva “baja del sillón” en lugar de “NO te subas a ese sillón”.
  • Cuídelo pero no lo sobreproteja, ya que los niños sobreprotegidos se les dificulta tomar decisiones, son inseguros, con baja autoestima.
  • Confíe en sus hijos.
  • Estimúlelos para que expresen sus sentimientos, no haga comentarios desaprobando lo que dicen o dando una conclusión anticipada, déjelos que se expresen y escúchelos para que tengan la confianza de hablar con usted y no tengan que recurrir a terceros, que en muchas ocasiones no son los mejores consejeros.

Recuerde que estamos preparando a nuestros hijos para que enfrenten el mundo, ellos no siempre van a estar a nuestro lado, así que debemos darles las herramientas necesarias  para que lo enfrenten adecuadamente.

 

Fuente de Información:
Ileana Solano Aguilar
Psicopedagoga/Educación Especial