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Existe una serie de condiciones que pueden acompañar a un bebé recién nacido y que se involucran el oído o la audición.

Algunas de estas condiciones pueden ocurrir durante el embarazo (congénitas) y otras pueden ocurrir durante el nacimiento o inmediatamente después de éste (adquiridas).

Las principales alteraciones del oído o de la audición que encontramos en recién nacidos son:

  • Malformaciones congénitas del oído externo: apéndices pre-auriculares, microtias del pabellón auricular, atresias del conducto auditivo externo, hipoplasias del pabellón, otras malformaciones del pabellón auricular y el oído externo.
  • Sordera genética o congénita.
  • Trastornos auditivos derivados de factores hereditarios familiares.
  • Trastornos auditivos relacionados con infecciones maternas intrauterinas: rubeola, toxoplasmosis, sífilis, citomegalovirus, herpes, VIH.
  • Trastornos   auditivos relacionados con meningitis, ictericia severa, complicaciones hipóxicas, infecciones y uso de antibióticos ototóxicas, etc.
  • Presencia de síndrome que sabe involucran trastornos auditivos.
  • Otras malformaciones del sistema nervioso central que involucren la audición. Consanguinidad.

Detecte los problemas auditivos de su niño a tiempo:

El diagnóstico temprano de sordera en un niño (a) es crítico para una intervención oportuna que permita un adecuado desarrollo del lenguaje y la comunicación.

El diagnóstico se debe hacer de acuerdo a un momento clave en el control médico y de salud, en etapas críticas como las que mencionamos a continuación:

Al nacimiento

  • En la consulta médico– pediátrica durante el control del niño.
  • Cuando se detecte algún retardo en el normal desarrollo psicomotor del niño, sobre todo cuando haya un déficit aparente de la audición o del lenguaje (sobre todo el lenguaje comprensivo).
  • En la etapa de ingreso al jardín de infantes y a la escuela.
  • En cualquier momento en que se dude de la capacidad auditiva de un niño, y sobre todo cuando se hayan diagnosticado problemas específicos de los oídos (otitis, alergias, etc.)

Las herramientas para diagnosticar la sordera a tiempo involucran:

  • Búsqueda intencional del médico o del personal de salud de problemas en el desarrollo del lenguaje, en la actitud auditiva general, en el aprendizaje.
  • Uso de factores de riesgo perinatal y preescolar que orienten a la presencia de un problema auditivo.
  • Pruebas informales de audición.
  • Pruebas formales con equipo audiológico para evaluar audición, de acuerdo a las edades de los niños.
  • Para niños recién nacidos, bebés pequeños y menores de 2-3 años de edad, así como niños con discapacidad únicas o múltiples niños autistas, con PCI (parálisis Cerebral Infantil), etc.
  • Se dispone de las Emisiones Otoacústica y los Potenciales Evocados Auditivos del Tallo Cerebral.
  • Para niños un poco más grandes, se puede adicionar la audiometría de Campo Libre (con parlantes y no con auriculares), la impedanciometría (timpanogramas).
  • Para niños más grandes que pueden cooperar con un examen convencional, la audiometría tonal y vocal clásica.
 
Fuente de información:
Juan José Madriz- Médico Cirujano audiologo
Hospital Nacional de Niños, Dr. Carlos Sáenz Herrera