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El deseo de todos los padres y madres es encontrar una guardería o una persona adecuada, que le de cariño, amor, seguridad, que juegue con el bebé y que lo estimule cuando ellos no están.

Las diferentes emociones que le genera a la madre al dejar a su bebé con una cuidadora son:

  • Ansiedad de los cuidados adecuados que le dan los demás.
  • El temor de que su rol de madre quede desplazado.
  • La pérdida de control de los que el bebé viva o le ocurra en su ausencia (maltrato, mala higiene y alimentación, abandono, entre otros).

Algunas recomendaciones para elegir a un cuidador (abuelos, familiares, niñera, empleada doméstica o alguna institución):

  • Realizar una entrevista de profundidad, que evacúe todas las dudas sobre la persona que va a cuidar a los niños o niñas.
  • Que tenga experiencia con el cuidado de otros niños o niñas.
  • La cuidadora debe respetar las rutinas que establecen los padres. (horarios de comidas, sueños, paseos…)
  • En una guardería o en un jardín de niños. Los padres necesitan recibir información continua sobre cómo está su hijo o cómo pasó el día.
  • Cuando los cuidadores son los abuelitos o un familiar, la atención es más personalizada, pero es aconsejable dejar claro las reglas para poder tener una buena relación.
  • Hay que tener presente que la responsabilidad y la crianza es de la mamá y el papá.
  • En caso de que el cuidador sea un particular se le recomienda, estudiar la posibilidad de que al menos dos días en la semana sea supervisado por un familiar cercano y de plena confianza. Eso hace que el niño socialice con otras personas diferentes.
  • Para aliviar las angustias que se les presenta a los padres y madres, lo ideal es que exista una red pública de cuido a cargo de profesionales especializados.

Fuente de Información:

Patricia Güendel

Msc. Psicopedagogía