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La grasa pertenece a los macronutrientes, estos son  aquellos nutrientes que suministran la mayor parte de energía metabólica del cuerpo, al igual que los carbohidratos y la proteínas.

Existen diversos tipos de grasas, uno de ellos son las grasas trans. Las grasas trans, son ácidos grasos insaturados que se forman a nivel industrial al convertir aceite líquido en grasa sólida (proceso llamado hidrogenación). También se conocen como ácidos grasos trans, aceites parcialmente hidrogenados y grasas trans-colesterol. Además se utilizan para mejorar la textura, el sabor, con lo cual también buscan en general abaratan el costo del producto.

Las Grasas Trans se encuentran en los alimentos elaborados industrialmente con aceites vegetales y también en aperitivos, alimentos fritos y snacks salados, como por ejemplo en papas fritas, palitos de queso, galletas, pizzas, margarinas, barritas de cereales, hamburguesas, repostería, mezcla para queques, empanadas y productos precocidos como canelones y croquetas, entre muchos otros.

Los alimentos de origen animal, como por ejemplo las carnes rojas y los lácteos, tienen pequeñas cantidades de grasas trans. Pero la mayoría de las grasas trans proviene de los alimentos procesados.

Se conoce que las grasas trans son más dañinas que las grasas saturadas. Consumir demasiada grasa trans en su alimentación incrementa su riesgo de padecer enfermedades cardíacas y otros padecimientos de salud.

Una vez que estos ácidos grasos trans son consumidos, se absorben por el sistema digestivo y pasan a la sangre. Se incorporan a la membrana de las células donde sustituyen a los fosfolípidos (grasas que componen las membranas celulares), éstas pierden o disminuyen su flexibilidad y fluidez, por lo que otras moléculas, como las del colesterol, no pueden acoplarse a la membrana y quedan libres, aumentado los niveles de colesterol en sangre. Además aumentan la formación de ésteres de colesterol que son causantes del desarrollo del proceso de aterogénesis. La arterioesclerosis es un endurecimiento de las arterias, provocado en parte por el depósito de lípidos y calcio en la pared arterial. Se ha observado que los ácidos grasos trans aumentan la incorporación de calcio en las células del endotelio vascular.

Por otro lado, los ácidos grasos trans aumentan los niveles de triglicéridos en sangre y la hipertrigliceridemia está asociada independientemente con el riesgo de enfermedad cardiovascular. También se ha determinado que los ácidos grasos trans aumentan la inflamación a nivel de las células del endotelio (capa más interna de las arterias y la que está en íntimo contacto con la sangre circulante). Al incorporarse a las membranas de las células, tanto del endotelio como de los glóbulos blancos y las células del tejido adiposo, afectan a la vía que inicia los mecanismos de la inflamación. Los factores inflamatorios tienen un papel importante en el desarrollo de diabetes, ateroesclerosis, ruptura de placa y muerte súbita cardiaca.

Es sumamente importante considerar que su cuerpo no necesita grasas trans. Por lo tanto, se recomienda no consumir más del  25% al 30% de grasas en general en su ingesta diaria, limitar las grasas saturadas a menos del 10% de sus calorías diarias y según la OMS se debe limitar el consumo de grasas trans a menos del 1% de sus calorías diarias, considerando una dieta de 2,000 calorías al día, eso representa alrededor de 20 calorías o 2 gramos al día.