Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la anemia es una afección en la cual el cuerpo no presenta suficientes glóbulos rojos sanos. Los glóbulos rojos son los encargados de suministrar oxígeno a los tejidos del cuerpo.
Existen muchos tipos y causas de anemia, sin embargo, para esta nota trataremos la anemia causada por malos hábitos alimenticios, pues en nuestros niños es una de las más comunes y es perfectamente evitable, tomando las medidas de prevención y hábitos nutricionales adecuados.
El cuerpo necesita ciertas vitaminas, minerales y nutrientes para producir suficientes glóbulos rojos. El hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico son tres de los más importantes. Cuando una persona presenta anemia, es posible que el cuerpo no posea suficiente de estos nutrientes debido entre otras causas a una alimentación deficiente.
Si la anemia es leve, probablemente sus niños nos experimenten síntomas visibles. Aunque conforme aumenta, se pueden presentar algunos de los síntomas más comunes, que inician con:
- Cambios de humor repentinos.
- Cansancio o debilidad frecuente y con la práctica de cualquier actividad física.
- Dolores de cabeza.
- Problemas para concentrarse o pensar.
Si la situación empeora, los síntomas pueden llegar, entre otros, hasta:
- Uñas quebradizas.
- Mareos.
- Color de piel pálido.
- Dificultad para respirar.
- Lengua adolorida.
Errores comunes y silenciosos:
La doctora Ana Elena Vargas, de la Clínica de Nutrición Von Saalfeld, comenta que el trajín diario combinado con la falta de planificación, empuja a los padres y madres a adquirir hábitos de alimentación poco apropiados, no solo para ellos mismos sino para con sus hijos, por citar:
- Falta de horario definido para ingerir los alimentos.
- Basar la alimentación en harinas procesadas y productos refinados, que no necesariamente nutren bien.
- El poco conocimiento que muchas personas tiene respecto a los grupos de alimentos requeridos para armar una comida saludable.
- No comer variado. Puede que usted esté tranquilo (a) porque la dieta suya y la de sus hijos contiene, por ejemplo, proteínas; pero ¿está usted variando constantemente estas fuentes de proteínas?
Para que se haga una idea: obtenemos proteínas en la carne, los productos lácteos, las nueces y algunos granos o guisantes. Las proteínas de la carne y otros productos animales son proteínas completas. Eso significa que suministran todos los aminoácidos que el cuerpo no puede producir por sí mismo. Las proteínas de las plantas son incompletas. Es necesario combinarlas para obtener todos los aminoácidos que el cuerpo que necesita. Es importante obtener suficientes proteínas en la dieta y necesario comer proteínas todos los días, pues el cuerpo nos las almacena del mismo modo que almacena las grasas o carbohidratos.
Paradigmas.
- Pensar por ejemplo que un niño o persona obesa no puede padecer anemia.
- El alto consumo de leche de vaca interfiere con la absorción y aprovechamiento del hierro. Si continuamente se toma leche junto con otros alimentos, la cantidad de hierro que se obtiene se ve disminuida.
- Los altos niveles de actividad física pueden llegar a desarrollar deficiencia de hierro si la alimentación no es la apropiada, pues el cuerpo va a requerir más cantidades del nutriente.
Todo lo anterior, según la especialista se combina para que sin darnos cuenta, cometamos errores en nuestra alimentación y la de nuestros niños y pensemos que todo marcha normal, hasta que notamos síntomas de alerta.
Fuente de Información:
Ana Elena Vargas
Clínica de Nutrición Von Saalfeld
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